Te voy a contar mi experiencia con los conejos y tu decidirás si los conejos son buenas mascotas o no.
Hace algunos años a mi hermana se le ocurrió comprarle un conejito a mi sobrina. Naturalmente, mis hijas pronto también querían un conejo propio. Al principio me mostré muy renuente ya que a mi en lo particular nunca me han gustado los roedores como mascotas y además en recuerdos lejanos creo que cuando era muy niña me llegó a morder un conejo y un hámster.
Tras la insistencia de mis hijas por un conejo, accedí y les compré uno muy bonito y tiernosito que me salió muy barato ($40.00 en la tienda de mascotas). Al principio todo muy bien, mis hijas estaban felices con el conejito. Le daban de comer zanahorias y lechuguita, lo apapachaban y el conejo andaba por toda la casa y el jardín. Eso sí, dejaba charquitos y bolitas por todos lados.
Al principio, las mordidas no eran mucho problema ya que no eran muy constantes ni muy fuertes. Pero, con el paso de los meses el conejito chiquito y tiernosito comenzó a crecer hasta alcanzar el tamaño de un gato y sus dientes se convirtieron en pequeñas cuchillas.
Aun así, lo conservamos y nos hacían mucha gracia los brincos y las carreras que se echaba en el jardín.
Todo cambió un día en el que yo estaba en la sala de la casa, viendo la tele, cuando escuche a mi hija mayor (de 6 años) gritar aterrada desde el jardín. Inmediatamente salí para ver qué es lo que estaba pasando para descubrir con horror que el maldito conejo le había propinado 2 horribles mordidas en sus piernitas (1 en cada pierna). Me dio tanto coraje que me dieron ganas de matar al conejo en ese mismo instante. Me contuve, agarré al conejo, lo metí en una caja y fui a regalarlo en la misma tienda de mascotas en donde lo había comprado. La chica de la tienda de mascotas lo aceptó y me dijo que el problema con los conejos (sobre todo los machos) es que se vuelven agresivos una vez que entran en la madurez sexual, sobre todo si no se cruzan. Con una fregada y ¿por qué no me dijo eso desde un principio? ¡Jamás lo hubiera comprado!
Gracias a dios, a mi hija no le quedaron marcas permanentes y se recuperó físicamente. Pero ahora no puede ver a los conejos ni en pintura y yo tampoco.
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